También conocido como el madroño, es un arbusto perenne o pequeño árbol que ofrece interés durante todo el año. Produce flores blancas en forma de campana en otoño, seguidas por frutos rojos que maduran en invierno. Su corteza de color marrón rojizo se pela, revelando capas nuevas, lo que añade un atractivo visual adicional. Es resistente a la sequía y prospera en suelos bien drenados. Ideal para jardines mediterráneos, puede usarse como seto o planta ornamental, y atrae a la fauna silvestre, incluidos pájaros que se alimentan de sus frutos.